
Por lo tanto, si deseamos tener una profunda relación con Dios, integrándonos a la Iglesia de Jesucristo, es necesario que entremos en una relación de pacto con Dios. ¿Y cómo podemos establecer ese pacto? Entramos en una relación de pacto con Dios cuando confesamos públicamente nuestra fe, descendemos a las aguas del bautismo y participamos de la Cena del Señor.